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Aquí relacionamos:La Escuela Hoy y la Tecnología de la Educación, donde Aprender implica un cambio, una transformación, es un proceso interactivo en el que un sujeto se relaciona con cierta información nueva, en un contexto, a veces formal y otras veces en un contexto informal.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

EDUCACIÓN PARA EL CONSUMIDOR

Fundamentación
Hablar de Consumo Responsable es hablar de Educación del Consumidor.
Desde 1972 se han sucedido nuevas y cada vez más ricas experiencias sobre el consumo y su educación.
El objetivo de esta producción es básicamente, dar respuesta a una necesidad generada en la cotidianidad del consumidor, saber actuar con sus actos de consumo y tomas decisiones como un consumidor responsable. Pero ¿son aplicables en la vida cotidiana?
Las características sociales han de ser tenidas en cuenta a la hora de proporcionar una acción dirigida al consumidor. La continuidad del papel como consumidor a lo largo de la vida y su evolución hacia la naturalidad del hecho, hacen que sea necesario, para conseguir una mayor efectividad y practicidad de los programas y experiencias dirigidos a la educación e información del consumidor, que éstos tengan una continuidad en el tiempo, que se asienten en un conocimiento y acercamiento de la realidad y de los intereses de quienes van dirigidos. Por otro lado, las acciones y experiencias desarrolladas deben estar centradas en unos objetivos determinados y tratar unos contenidos que den una educación e información global al consumidor haciéndole capaz de modificar sus hábitos y realizar un consumo responsable.


Desarrollo
El Consumo
El consumo es una actividad de comunicación, homogeneización y diferenciación en una estructura caracterizada por desigualdades, diferencias y contradicciones políticas, económicas y sociales. En este sentido el consumo es un fenómeno social, económico y cultural cuyas dimensiones exceden la connotación reduccionista que suelen darle algunos estudiosos, al identificar este proceso como una decisión personal para la satisfacción de necesidades. El consumo se trata de una actividad presente en todos los aspectos de nuestra cotidianidad y en muchas ocasiones se convierte en una actividad casi inconsciente y natural. Es, además, una constante durante todo el transcurso de nuestras vidas.

La educación del consumidor
La educación del consumidor es una actividad permanente por la que se pretende conseguir personas libres, conscientes, críticas, solidarias, responsables, comprometidas con su entorno medioambiental, conocedoras de sus derechos y preparadas para asumir sus responsabilidades en un mundo globalizado en cambio permanente, generador de desigualdades y desequilibrios.
Esta educación significa crear un pensamiento crítico e independiente, crear personas concienciadas que reflexionen seriamente sobre las decisiones que toman en el mundo material y sobre cómo les afectan estas decisiones a ellos, a otras personas y al medioambiente. La educación del consumidor abarca actitudes, conocimientos relacionados con el funcionamiento de la sociedad actual. Es un aprendizaje sobre la responsabilidad que contribuye a que el individuo sea capaz de administrar su propia vida, además de aportar su grano de arena a la gestión de la vida colectiva de la sociedad global.
Una educación del consumidor cercana y práctica, debe estar centrada en cinco áreas específicas para la conseguir futuros consumidores responsables:
Conducta del consumidor: En la que se enseña los factores importantes que pueden modelar tanto la conducta en general como la conducta de consumo. Acercamiento, análisis y reflexión sobre el significado de bienestar, de las razones para definir una actitud personal frente al bienestar propio y una actitud crítica y analítica frente a las evaluaciones de bienestar de otras comunidades y sobre los medios para conseguir este bienestar para todo el mundo.
Influencia en el consumo: Se centra en los métodos de marketing, valoraciones y actitudes sobre consumo y bienestar. Tiene la finalidad de inculcar en los alumnos una visión más profunda.
• Consumo privado: Enseñanza en materia de economía privada con la finalidad de crear la capacidad de planear su propia economía y consumo en relación adecuada con sus necesidades y deseos y con los recursos y posibilidades disponibles.
• Política de consumo: Enseñanza de política socio-económica y de consumo, tiene la finalidad de despertar un conocimiento de los vínculos socio-económicos y las estructuras de responsabilidad y toma de decisiones que determinan las condiciones de producción, consumo y estilo de vida; condiciones que actúan en la distribución global de los recursos mundiales así como conocer la relación entre las condiciones de consumo con la producción y el deterioro ecológico con el agotamiento de los recursos.
• Influencia del consumidor: Enseñanza sobre los derechos, obligaciones e influencia del consumidor. Pretende dar a conocer la capacidad de protección de sus intereses, participación en la toma de decisiones y utilización de canales.
La educación debería resaltar la importancia de utilizar las experiencias de la vida real de los estudiantes como puntos de partida para el aprendizaje. Los estudiantes se encuentran con situaciones de consumo donde las relaciones forman un todo y exigen reacciones integradas y constituyen temas relevantes para ser tratados de manera interdisciplinar e, incluso, transdisciplinar.
La necesidad de dar una respuesta a esas situaciones de consumo, que los consumidores experimentan día tras día, justifica la precisión de educar en la ciudadanía del consumidor. Ésta se entiende cuando el individuo, en su papel como consumidor, participa activamente en el desarrollo y mejora de la sociedad siendo responsable con sus actos y tomas de decisiones. Para ello es necesario considerar las cuestiones éticas, la diversidad de perspectivas, los procesos globales y las condiciones futuras. Implica tomar responsabilidades de manera global, así como a escala regional, nacional y local, asegurando sus propias necesidades y bienestar personal.
La educación del consumidor parte de señalar un compromiso con temas y situaciones. La educación del consumidor posibilita la adquisición de conceptos claros sobre su condición de consumidor, sus derechos y obligaciones y los mecanismos que dispone para actuar como consumidor informado.
La educación debe ser un proceso a lo largo de toda la vida que oriente y forme en la solidaridad intergeneracional como algo inherente al desarrollo sostenible, porque las acciones actuales tienen consecuencias a lo largo del tiempo en una escala proporcional a la capacidad creciente de intervención de que dispone la ciudadanía.
Optar por esta forma de solidaridad constituye una opción ética que exige tomar conciencia del fenómeno actual de la globalización y de la necesidad de darle toda su dimensión humana y de los múltiples factores que condicionan el desarrollo sostenible.
La escuela y la familia, en primer lugar, deben ser un buen ejemplo orientado al desarrollo sostenible y la práctica responsable del consumo de bienes. Por un lado ambos son demandantes de una infraestructura, pero, por otro lado, es la que debe instaurar un modelo de funcionamiento responsable hacia una mejor y más eficiente utilización de los bienes colectivos. De nada sirven buenos ejemplos teóricos sin una demostración efectiva en el funcionamiento diario.
Es indispensable, por tanto, reconocer que una educación y una sensibilización apropiadas del público, constituyen uno de los pilares de acción en favor de la sostenibilidad, junto con la legislación, la economía y la tecnología.
La escuela y la familia no son ajenas al modelo social y se nutren de los comportamientos colectivos reflejados en los roles que desempeñan las personas que llevan a cabo la dirección de la organización. Cada miembro de la colectividad expresa a través de sus acciones los valores otorgados hacia un consumo responsable. Y nadie es ajeno a las grandes transformaciones de la sociedad y el medio ambiente.
Hiperconsumo
Hablar de consumo responsable es plantear el problema del hiperconsumo de las sociedades desarrolladas y de los grupos poderosos de cualquier sociedad, que sigue creciendo como si las capacidades de la Tierra fueran infinitas. Basta señalar que los veinte países más ricos del mundo han consumido en este siglo más naturaleza, es decir, más materia prima y recursos energéticos no renovables, que toda la humanidad a lo largo de su historia y prehistoria.
Por consumo responsable se entiende la elección de los productos y servicios no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social y por la conducta de las empresas que los elaboran. El consumidor responsable sabe que el desarrollo sostenible es el único posible; o se lucha por un mundo sostenible o no habrá mundo por el que luchar.
Etiquetado
Se puede encontrar una amplia variedad de productos que están etiquetados como sostenibles. La oferta de estos artículos, sin embargo, no es tan grande como para cubrir todas las áreas del mercado. A esto se le suma el hecho de que una gran parte de la población no tiene conocimiento de la existencia y objetivo de estas etiquetas.
Así, e independientemente de la existencia de etiquetas especiales, en la descripción de cada producto se han incluido sugerencias y consejos de carácter general que deben tenerse en cuenta en la compra y el uso de los productos.
La ayuda más fácil a la hora de escoger un producto la ofrecen las etiquetas. Normalmente se sitúan en una parte visible del envase o en la publicidad y pueden estar como leyenda o dibujo representativo. En este análisis, las etiquetas fundamentales son aquellas que identifican a los productos sostenibles. Su objetivo es marcar la diferencia entre éstos y otros que ofrecen el mismo servicio, pero que no sirven para fomentar el consumo sostenible.
También es muy importante diferenciar claramente entre las etiquetas que son obligatorias por ley (por ejemplo, el etiquetado uniforme del consumo de energía y de otros recursos de los aparatos domésticos) y las etiquetas voluntarias.

Conclusión
Los ciudadanos tienen a su alcance una herramienta fundamental de cambio social: el consumo. Al igual que como votantes se acude a las urnas para elegir a representantes, también como consumidores y ahorradores se tiene la oportunidad de utilizar el criterio de decisión de acuerdo a convicciones propias y promover, a través de patrones de compra e inversión, la construcción de un desarrollo sostenible.
Es desde cada consumidor y desde las Asociaciones de Consumidores donde la lucha por proteger el medio ambiente y la salud cobra un sentido más claro, apuntando a las causas y no tratando de poner parches a las consecuencias. El objetivo será alcanzar una modalidad de consumo sostenible que no hipoteque la supervivencia de las generaciones venideras. Los medios para alcanzarlo son, por una parte, la educación y concienciación para un consumo responsable y, por otra, el trabajo de denuncia para conseguir producciones menos dañinas para el medio ambiente y para los consumidores y denunciar los mensajes publicitarios o los modelos que limitan la libertad de elección.
El reto al que se enfrentan los ciudadanos es aprender a comprar de acuerdo a determinados valores.



Bibliografía
http://www.educaweb.com
http://www.facua,org/es/guia.php?Id=90&capitulo=696

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